El Día Internacional de la Salud y la Seguridad en el Trabajo, nos ofrece la ocasión de reivindicar una vez más la importancia de trasladar a la sociedad española y en especial a los partidos políticos la necesidad de poner en marcha las transformaciones necesarias para forzar un cambio de rumbo en la prevención de riesgos laborales adecuándola a la realidad laboral actual.

Debido a los cambios sustanciales en las relaciones laborarles y la recesión económica actual, los trabajadores están experimentando cambios organizacionales y de reestructuración, menores oportunidades laborales, aumento de trabajo precario, temor a la pérdida del empleo, despidos masivos y desempleo, así como menor estabilidad financiera, con graves consecuencias para su salud mental y bienestar.

De este modo, las reformas laborales han añadido aún más malestar psicosocial a un colectivo ya de por sí castigado por el estrés, la depresión, la fatiga psíquica y el llamado síndrome del quemado. Situaciones que desembocan cada vez más en insatisfacción personal, absentismo y bajas laborales, así como jubilaciones anticipadas en el personal docente.

Asimismo y bajo el tema de la campaña de este año ‘Estrés en el trabajo: un reto colectivo’ denunciamos que los trastornos producidos por los riesgos psicosociales siguen sin ser registrados, a pesar de su incremento, debido al deterioro de las relaciones laborales producto de la crisis. Igualmente, las enfermedades ocasionadas por el trabajo terminan derivándose a los Servicios Públicos de Salud en lugar de a las mutuas, infradeclarando su número, aumentando el gasto público y erosionando la prevención porque lo que no existe no se previene.

Hay que frenar la creciente dualización del sistema público de salud, una sanidad para población activa a través de las Mutuas y otra para la inactiva cada vez más deteriorada, que supone de facto uno de los procesos de privatización de la Sanidad más intensos y desconocidos. Este proceso se ha agravado con la venta de las Sociedades de Prevención de las Mutuas a grandes grupos privados, monetizando la salud laboral y desnaturalizando la vigilancia de la salud en el trabajo, que, de ser un derecho de los trabajadores, está pasando a convertirse en un mecanismo de control empresarial y de ajuste de plantillas

Ante esta situación, FETE-UGT quiere recordar la importancia de la Ley de Prevención de Riesgos Laborales, ya que desde su publicación se ha comprobado que la mera aprobación de una legislación adecuada no garantiza la protección sin la existencia de controles estrictos. Para ello exigimos a las Administraciones que intensifiquen las políticas activas en materia de prevención, dotando con los suficientes medios económicos y humanos a los organismos técnicos como el Instituto Nacional de Seguridad e Higiene en Trabajo o los institutos autonómicos.

En este sentido, la Inspección de Trabajo debe incrementar sus plantillas de inspectores y subinspectores, reforzar y actualizar su formación y dotar de personal al recientemente creado cuerpo de subinspectores especializados en salud y seguridad en el trabajo. Con esta perspectiva se hace más necesario que nunca el pleno desarrollo de la Estrategia Española de Seguridad y Salud en el Trabajo 2015-2020, haciendo especial hincapié en todas las cuestiones relacionadas con enfermedades de origen laboral.

En el marco de las empresas, es preciso que se recuperen las inversiones en prevención y, sobre todo, la centralidad de la negociación colectiva en las relaciones laborales con el fin de garantizar el ejercicio de los derechos y la protección de la salud.

Por ello, reclamamos el establecimiento de la figura del delegado de prevención territorial o sectorial que pueda acceder al control de las condiciones de trabajo en estas empresas, con las mismas competencias y garantías que determina la LPRL para los delegados de prevención y con el objetivo de asegurar el ejercicio al derecho a la salud y a la seguridad y los niveles de protección a estos trabajadores en los mismos términos que en el resto de las empresas.

Finalmente, FETE-UGT recuerda que la negociación colectiva está estrechamente ligada a la presencia de sindicatos en los centros de trabajo, lo que constituye la mejor garantía para el ejercicio de derechos y para la protección de la salud.