Los sindicatos que representamos a los trabajadores de los Servicios Públicos, elegidos democráticamente en las elecciones sindicales, convocamos tres días de manifestaciones: el 21 y 26 de enero y el 25 de febrero, que sacaron a la calle a más de 700.000 personas en Alicante, Castellón y Valencia. El porqué de esta revolución social es sencillo: la ciudadanía no consiente el recorte de sus servicios públicos. Lo que está haciendo es defender, de forma cívica y pacifica, el mantenimiento de los servicios esenciales que cualquier ciudadano, de la ideología que sea, quiere tener en su entorno social y familiar: la educación, la sanidad, los servicios sociales, la dependencia, etc.
La Generalitat con su política de recortes masivos, debido a la nefasta gestión económica realizada durante los últimos años, ha cogido ahora la tijera y pretende que el conjunto del pueblo valenciano paguemos sus errores, sin buscar a los verdaderos responsables de este desaguisado que están escondidos en sus propias filas, y no en colegios, institutos u hospitales.